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NUESTRO PARROCO
D. MANUEL RODRÍGUEZ SALAS
Nació en Sanlúcar de Barrameda el 20 de agosto de1940 y fue ordenado en Sevilla el 15 de junio de 1964. Fue el primer párroco de nuestra parroquia de San Francisco. Estuvo en ella durante 38 años de su vida. Hasta que pasó a ser párroco de la Parroquia del Carmen y san Marcos del Puerto de Santa María. Allí estuvo hasta el año 2007, cuando después de jubilarse, se incorpora de nuevo a la parroquia que él mismo comenzó a modelar.
MI PEQUEÑA EXPERIENCIA DE FE
Navidad 2003
(Realizado por D. Manuel a petición del Seminario Diocesano de Asidonia-Jerez)
Los profetas dicen frecuentemente: “La palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos”. Y narran la forma en que, concretamente, Dios les ha hablado.
Algunos seminaristas me han pedido una pequeña colaboración para la Revista “Nuestro Seminario” que saldrá, si Dios quiere, en fechas cercanas a Navidad, y me sugieren que escriba sobre mi experiencia de fe. ¡Qué difícil! Todo esto surge en lo íntimo de uno mismo... y resulta difícil manifestarlo. De todas formas, si se trata de un pequeño servicio, vale.
Mi fe como la de cualquier persona está orientada por la manifestación de la voluntad de Dios en mi vida. Cuando he podido realizar su voluntad he sentido la profunda alegría que da la fe, que nace de la fe.
Empecé a recibir la fe en mi hogar donde desde mi más tierna infancia aprendí -porque mis padres me lo enseñaron- a relacionarme con el Señor. El ejemplo que vi en mis padres y la formación humana y cristiana que me dieron los Hermanos de las Escuelas Cristianas en mi querido Colegio de la calle San Agustín de Sanlúcar, fueron el sólido fundamento donde después el seminario y la vida fueron construyendo el edificio de mi fe, una fe pequeñita que me ha ayudado mucho en los grandes momentos de dolor, de acontecimientos fuertes como la muerte de seres queridos, como la propia enfermedad vivida y experimentada en la soledad interior más profunda. Refiriéndome a la muerte de seres queridos, tengo que acordarme de dos sacerdotes, íntimos amigos míos, con quienes no solo compartía la amistad humana sino también la fe cristiana y el entusiasmo sacerdotal.
Tengo que decir que en todos estos momentos duros en los que creí que parte de mi propia vida se rompía, ha sido la reflexión sobre lo que pasaba y, especialmente la fe, lo que hizo sanar muchas heridas. No he entendido la fe como escudo protector que suaviza los golpes dados por la vida, sino la adhesión confiada a Jesucristo que ha abierto nuevos caminos en mi historia. Verificar que lo que se me proponía era voluntad de Dios y caminar por esa senda con la seguridad de que una Presencia me acompañaba, me ha hecho fácil entrar en situaciones que humanamente pudieran parecer irrealizables.
Son muchos los momentos de mi vida en los que he podido actuar así pero puedo destacar el cambio de Parroquia recientemente. Es verdad que yo llevaba muchos años en la Parroquia anterior cuando el Señor Obispo me propuso cambiar. Si dijera que no me ha costado el cambio, mentiría. Claro que me ha costado, pero sí recuerdo que el Obispo que me ordenó me pidió promesa de obediencia, y eso, como en todos los sacerdotes, ha permanecido dentro de mí y cuando se ha presentado la ocasión, he dicho:”Sí”; no por mi fuerza, sino porque la misma gracia del sacramento que recibí me ha ido trabajando. Por lo que doy gracias al Señor.
Manuel Rodríguez Salas, Pbro.
D. Manuel Rodríguez Salas vuelve a estar de nuevo en nuestra PARROQUIA DE SAN FRANCISCO. Es cierto que queda totalmente liberado de Responsabilidades Pastorales pero en la medida de sus posibilidades, irá hechando una mano en las distintas tareas pastorales de nuestra parroquia. Nosotros estamos totalmente encantados y BENDECIMOS A DIOS por tan precioso regalo el que nos ha hecho de nuevo con D. Manuel entre nosotros.