Parroquia de San Francisco
  Experiencias
 

MI EXPERIENCIA

 

 

  •  JOAQUÍN VERA MONJE, antiguo HNO. MAYOR de la Hermandad
Esta semana comparte con nosotros su experiencia de fe un hombre con una gran talla espiritual y humana importante: Joaquín Vera.
Es un hombre totalmente entregado a la vida parroquial y de hermandad, sobre todo, a la de Ntro. Padre Jesús de las Tres Caídas y María Stma. de la Amargura. Aquí fue donde el Señor le puso como Hermano Mayor durante algunos años de su vida, para que la dirigiera y la fuera construyendo desde su entrega a Dios y a los hombres.

 
Todos lo conocemos y sabemos de su Amor a Dios y a la Iglesia que se hacen manifiestos a los hermanos. Nos va compartir un poco de su vida y experiencia cristiana.

De muy niño, mis padres me apuntaron a la Hermandad de las Tres Caídas, a la edad de 5 años. Fue entonces cuando mi padre comenzó a participar en el desfile procesional con la Hermandad. Nosotros, mi madre, mis hermanas y yo, íbamos detrás del paso todos los Lunes Santos, hasta que ya me pude vestir la túnica. Mi madre continua acompañando a nuestros titulares detrás de la Amargura.


Para mí, ese primer Lunes Santo fue grandioso, lo recuerdo como si fuera hoy mismo, y de eso hace ya 37 años; se recogían las túnicas en la capilla de las Aguas y a partir de esa, me la hizo mi madre. San Francisco estaba lleno de penitentes negros que daban la sensación de seriedad. Todo en silencio, a mí me parecía que faltaba Templo para tanto penitente. Luego nos iban nombrando a la que íbamos contestando con la palabra “está”. Yo no contesté, sino que contestó mi padre por mí. Y, hasta hoy, con un “está” silencioso no he faltado ni un solo año a acompañar a nuestras imágenes.

Siempre alrededor de la Hermandad, así cuando formaron la Junta Juvenil, en tiempos de Andrés Benítez, pues entré a participar de esta Junta con Antonio Arias, Juan Manuel Carrera, Paco Valenzuela (que ya no está con nosotros), Juan Vega y algun otro. Siempre estuve alrededor del Hermano Fundador Jesús García de Soria y le ayudaba a vestir a la virgen y al Señor.

Pasaron los años y de la mano de Andrés Benítez entre en su Junta de Gobierno, que con él aprendí mucho en la Hermandad y sobre la Hermandad.

Mas tarde llega la etapa en la que cojo el cargo de Hermano Mayor en la que estuve 9 años y por la cual, no tendría espacios suficiente para contar toda esta etapa de mi vida en la Hermandad: con altivajos como siempre pero hacia siempre adelante. Tendría que destacar dos momentos que para mí fueron puntuales: el cincuentenario de la Hermandad y la incorporación de la mujer con los mismos derechos que los hombres.

Durante este tiempo se forma en la Parroquia, el Consejo Pastoral del cual formo parte con el cargo de Secretario estando unos años hasta terminar el mandato de Hermano Mayor.
Pasado este cargo en la Hermandad tomo durante un año el de Mayordomo, el cual dejo para pasar al Consejo de Hermandades de Arcos con el de Vicepresidente estando los 4 años, pero nunca abandonando la Hermandad pues me siguen tomando como si fuese un miembro de la Junta. Ahora en las actualidad sin cargo pero siempre a la disposición de la Hermandad que he estado tantos años.

Una de las cosas que he hecho, ha sido dejar constancia de todo o casi todo por medio de la fotografía, quedando en la secretaría varios álbumes que ayudan a la historia de la Hermandad, sobre convivencias, Funciones y demás temas.

 
La Hermandad muestra en los últimos años es alma de los jóvenes, muchos dicen que los jóvenes son el futuro, lo cual no estoy de acuerdo. Pienso que serán futuro para un cargo de junta o de un grupo de la Hermandad. Más bien, pienso que los jóvenes son el presente, que donde hay juventud hay alegría, movimiento, trabajo, diversión y ganas de hacer cosas, además la gran mayoría de los que visten la túnica son jóvenes y además hay que contar con ellos.

Todos los miembros de mi familia somos hermanos de las Tres Caídas, de lo cual me siento muy orgulloso. Uno de los tres hijos, el mayor es costalero del Señor, los otros dos participes de la Juventud Cofrade de la Hermandad y mi mujer camarera de la Virgen. Para el próximo año 2008, si es posible, podremos realizar los 5 por primera vez la Estación de Penitencia el Lunes Santo acompañando a nuestras imágenes.

 
 
Para terminar, decir que desde pequeño comencé ayudar a vestir nuestras imágenes, junto a Jesús García de Soria. En mi recuerdo está cuando Jesús García de Soria les hablaba al Señor y a la Virgen mientras los vestía. Mi corazón se sentía penetrado por la mirada de nuestro Caído: Una mirada que nos habla y con esa vena en el cuello palpitante y nuestra madre Amargura, que es un vinculo que nos lleva a Dios.

 

 
 
 

MI EXPERIENCIA

 
  • JOSÉ ANTONIO PANAL, seminarista de San Francisco

En esta ocasión, nos ofrece su experiencia cristiana nuestro actual seminarista de la parroquia. Pertenece a la hermandad de las Tres Caídas, donde ha vivido su fe desde la infancia. Un muchacho con un verdadero amor a Jesucristo y a la Iglesia. Éste es su primer año de seminario...
A ver qué nos cuenta...

Hola, el nuevo seminarista de la parroquia es José Antonio Panal Hurtado. Nació el 5 de Diciembre de 1982, en Arcos de la Frontera. Desde muy pequeño ha estado vinculado con la parroquía de san Francisco, en ella comenzó recibiendo catequesis para prepararse para la comunión. Continúo recibiendo y formandose como cristiano, hasta que, un dia siente la necesidad de predicar el mensaje de nuestro Señor Jesucristo, por lo que, decide dar catequesis en su parroquia. Un jóven que ha estado muy vinculado a la hermandad de Nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas y María Stma. de la Amargura, continuando su formación como cristiano desde el seno de la Hermandad. Actualmente, pertence a la Junta de Gobierno de la citada Cofradía.


 
Pero es en el año 2002, cuando comienza sus estudios de PERIODISTA, estudiando dicha carrera en la facultad de Sevilla. Un jóven periodista que ansia la necesidad de informar con la necesidad de descubrir a Jesucristo más profundamente, ya que, desde muy jóven ha tenido la vocación sacerdotal. La vocación de dedicar su vida y su corazón al Señor y a nuestra Madre María.

 
 
No es fácil hablar de la vocación, ya que, es un sentimiento que tienen algunas personas y que es de Dios. Cada uno tiene una vocación diferente, la mía empezó hace muchos años; cuando era aún muy joven y sin las ideas muy claras. Le tenía miedo a mi juventud, a que eso no fuera lo mío y no tuviera marcha atrás, pero con el tiempo descubres que con la Oración, y el amor hacia Dios nada te falta. Descubres que él te da el ciento por uno, pero para esto, tenemos que ser personas fuertes, personas fieles a la oración y fieles a nuestro amor por la Iglesia. Está claro que sin estos pilares uno nunca podrá llevar hacia delante su vocación, tenemos que ir alimentándola poco a poco. La sociedad del siglo XXI es una sociedad con Dios pero sin Dios, es decir, cuando nos conviene somos fieles a Dios, pero cuando no nos conviene rechazamos de Dios. Por este motivo, una persona con vocación tiene que tener claro su amor hacia Dios y, sobre todo, hacia el prójimo, y esto se descubre rezando.


Tenemos que intentar amar y luchar por eso que Dios nos ofrece a través de su amor, y la única forma de hacerlo es tomando nuestra cruz y siguiéndole. Teniendo la mayor confianza en su amor hacia nosotros, y eso una persona con vocación lo nota, pero como te dejes guiar por el mundo que nos rodea, nunca conseguirás escuchar a Dios y cumplir fielmente su voluntad.

Uno puede ir descubriendo su vocación o su amor hacia Dios, a través, de algún grupo cristiano que nos ofrece la Iglesia. Yo estoy en una Hermandad en mi pueblo, la Hermandad de las Tres Caídas, y aquí es donde intento ir alimentando mi fe y mi amor hacia Dios. La formación catequética, es el principal impulsor y motor para descubrir día a día a nuestro amor hacia Dios y nuestra madre María. Un grupo de catequistas y de jóvenes que unidos por la oración y la preparación de la Eucaristía, intentamos ir creciendo en la FE y como cristianos.

 
En el seno de esta hermandad, fue naciendo mi vocación y mi pasión por entregarme por completo a Dios.

 

 

Tenemos que intentar amar y luchar por eso que Dios nos ofrece a través de su amor, y la única forma de hacerlo es tomando nuestra cruz y siguiéndole. Teniendo la mayor confianza en su amor hacia nosotros, y eso una persona con vocación lo nota, pero como te dejes guiar por el mundo que nos rodea, nunca conseguirás escuchar a Dios y cumplir fielmente su voluntad.
Uno puede ir descubriendo su vocación o su amor hacia Dios, a través, de algún grupo cristiano que nos ofrece la Iglesia. Yo estoy en una Hermandad en mi pueblo, la Hermandad de las Tres Caídas, y aquí es donde intento ir alimentando mi fe y mi amor hacia Dios.

 
José Antonio Panal Hurtado
Seminarista de Asidonia-Jerez

 

 
 
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